La capacidad que la empresa desarrolla para crear, buscar y gestionar conocimientos y competencias debe verse como verdadera ventaja competitiva. Cada organización requiere aprender y tener diferentes metodologías y sistemas probados para ello.
Las alianzas estratégicas que se cultiven facilitan el aprendizaje organizativo. Pero, deben estar basados en la teoría de recursos y capacidades; y en la teoría del aprendizaje organizativo. Así como, la utilización de alianzas y formulamos las proposiciones: las alianzas estratégicas facilitan el acceso a competencias difíciles de formalizar, el personal especializado, por una parte y la adopción de una joint venture por otra, son piezas claves a la hora de sus transferencias. Las alianzas estratégicas como instrumento de aprendizaje organizativo
No es posible ‘arreglar’ las cosas para siempre.
Esta afirmación de Peter Senge, autor del best seller “La quinta disciplina”, se lee completa como sigue: “No es posible ‘arreglar’ las cosas para siempre. Se pueden aplicar teorías, métodos y herramientas, aumentando al mismo tiempo nuestra capacidad. Podemos encontrar e inculcar nuevas ideas rectoras. Y podemos experimentar introduciendo cambios en la infraestructura de la organización. Ello, nos permite desarrollar gradualmente un nuevo tipo de organización que pueda afrontar los problemas y oportunidades de la actualidad, e invertir en su capacidad para enfrentar el futuro. Ya que, sus integrantes, están empeñados en el mejoramiento de sus aptitudes colectivas. En otras palabras, nos permite crear una organización que sepa aprender”.
Este libro, hizo en la décadas de los noventas, una revolución en las teorías administrativas. Basando su propuesta, en el aprendizaje organizacional y el desarrollo a largo plazo de los individuos y por ende de la empresa. A partir de sus notas y reflexiones, el autor promueve a observar las interacciones que ocurren hacia el interior de la empresa, comprender su complejidad y sus interconexiones para encontrar los puntos que restablezcan el equilibrio del sistema, y dando un valor especial al aprendizaje abierto y al autocrecimiento. Para hablar del desarrollo de la organización, es imprescindible hablar del crecimiento individual, y de la capacidad de la empresa para retener ese talento. El aprendizaje a largo plazo no se logra si se renueva cada 12 meses la plantilla de personal, se logra con el compromiso de cada integrante, con la alienación del talento individual y la capacidad para aprender en conjunto frente a escenarios cambiantes y turbulentos.
Las cinco disciplinas que propone Senge son:
- Dominio o excelencia personal. Para manejar la tensión entre las aspiraciones y la realidad. Así, prepararse para tomar mejores decisiones.
- Reconocimiento de los modelos mentales que determinan nuestro modo de percibir el mundo, actuar y sentir, y que por ser inconscientes no suelen revisarse.
- Generación de una visión compartida que oriente la acción de individuos y grupos hacia objetivos y futuros comunes.
- Trabajo en equipo, basado en comunicación, interacción y alineación de talentos para que los resultados sean mayores que la suma de los aportes individuales.
- Enfoque sistémico. Para ser capaces de reconocer interacciones que puedan conducir a mejoras significativas y duraderas. Es decir, buscar soluciones de fondo a los problemas y no atacar sólo los emergentes o síntomas.
Aproximadamente cuatro años más tarde, el mismo autor, en conjunto con Artt Kleiner, Charlotte Roberts, Richard B. Ross y Bryan J. Smith, escriben “La quinta disciplina en la práctica”, y más que una receta infalible para aplicar sistemas de aprendizaje entre los equipos de las organizaciones, nos presentan una serie de planteamientos o reflexiones a partir de las cuales se desarrolla el libro, estas propuestas son, entre otras:
- ¿Qué medidas debemos tomar para inculcar una conciencia sistémica en un equipo?
- ¿Cómo podemos integrar nuevas prácticas y aptitudes con otros factores de mejoramiento, tales como la calidad total, los sistemas sociotécnicos o los equipos de autogestión?
- ¿De qué forma superamos las vallas que impiden el aprendizaje colectivo?
- ¿Cuál es la manera para descubrir qué tipo de organización deseamos crear?
- ¿Cuáles son los primeros pasos?”
Y, aunque los autores mismos afirman que “nadie tiene las respuestas a estas preguntas, pero… Si hay respuestas”. Resulta ser, una introducción alentadora para continuar su lectura.
La quinta disciplina, pasado el tiempo, sigue mostrando su valor.
Al día de hoy, varias décadas después, observo que tiene la misma vigencia que entonces. Que seguimos en la búsqueda de organizaciones inteligentes capaces de autogestiones su propio conocimiento para tomar mejores decisiones, más informadas y más oportunas. Acordes a las necesidades de sus propios equipos y acordes a las necesidades del mercado. Sin embargo, me lleva a pensar en dar un paso hacia atrás para formar desde la academia en general, y no solo desde la universidad, a personas y futuros profesionistas en estas cinco disciplinas.
Nunca dejamos de aprender, esto es muy cierto. Sin embargo, entre mayores competencias desarrollamos en el período propuesto para ello o en el período escolar, dejamos espacio para aprender nuevas habilidades al llegar a la vida profesional. Sentando así, bases sólidas que cualquier empresa o industria requiere para sortear la inestabilidad de los mercados, para adaptarse rápidamente a los cambios y llevar siempre la dirección de la organización.
Nunca ha bastado (y ahora menos), conformarnos con lo aprendido en la escuela.
A los conocimientos y habilidades que desarrollamos en las academias, debemos hoy sumar la habilidad del autoaprendizaje y de la automotivación. Pero, sobre todo, la curiosidad y el amor por aprender en cualquier etapa de la vida con la misma facilidad siempre. Debemos hacer del proceso de enseñanza – aprendizaje, algo continuo. Una espiral que inicia con la vida y que termina con ella misma. No es una tarea de la escuela, universidad o posgrado por querer sobresalir; con o sin título de reconocimiento nuestras habilidades deberán de ser cada vez más agudas y más puntuales si queremos aportar algo valioso a nuestro mundo.
“Así que ya no basta con que una sola persona aprenda en toda la empresa. Es necesario que todos aprendan en este entorno, y que la búsqueda de soluciones no se centre solo en la alta dirección”
“¡Olvida las viejas ideas sobre el liderazgo! La empresa más exitosa del siglo XXI será la ‘organización que aprende’”
¡Queremos escucharte!
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Para saber más:
- Senge, P. M. (2006). LA QUINTA DISCIPLINA; EL ARTE Y LA PRÁCTICA DE LA ORGANIZACION ABIERTA AL APRENDIZAJE (2a. ed., 2a. reimp.).
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Senge, P. M. (2005). La Quinta Disciplina En La Practica. Ediciones Granica.
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