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«Para dirigir la mirada hacia el futuro, hace falta romper las cadenas que nos mantienen atados con el pasado y marchar resueltamente»…

Giusseppe Manzzini

Las organizaciones saben que la tecnología por si sola no los llevará a ningún lado, ninguna respuesta llega sola o por arte de magia. Es imprescindible contar con talento que sepa utilizarlas y cuyo conocimiento logre un desempeño óptimo. Quienes somos afortunados por tener trabajo, no debemos dejar de recordar que nuestros empleos si no se redefinen desaparecerán y que para que sobrevivan es necesario rediseñarse y adaptarse a los cambios que la era digital nos exige. Solo así, es probable que encajemos sin dejar de tener presente que “para poder realizar cosas diferentes, se deben hacer cosas distintas”. Y más allá de ello, estar dispuestos a aprender cosas nuevas y de formas diversas.

“Aproximadamente el 80% de los directores ejecutivos de EE. UU. Y Europa encuestados por McKinsey dicen que les preocupa asegurarse de que el talento que contratan sus empresas tengan la combinación de habilidades adecuada para prosperar en la era de la inteligencia artificial y la automatización.”

Observatorio de Innovación Educativa del ITESM

Esto, debiera llevarnos a una reflexión activa sobre que estamos haciendo ahora las empresas para contar con el talento capaz de dar respuesta a las necesidades de los próximos años:

  • ¿Tenemos  programas de formación y capacitación activos y adecuados para dar soporte a esta necesidad?
  • ¿Identificamos que tipo de habilidad necesita la organización desarrollar?
  • O, ¿estamos esperando a que sea la academia la que resuelva el problema? 

La formación continua, la tecnología y las artes.

La complejidad y las necesidades específicas de cada industria obligan a poner  manos a la obra desde ahora y formar talento que sea capaz de diseñar algoritmos, encontrar, leer e interpretar datos y proteger la información sensible. Pero, sobre todo desarrollar competencias digitales y habilidades blandas que en conjunto sean capaces de realizar y mejorar el trabajo que las máquinas no son capaces de desarrollar. Esto, si se tiene la intención de permanecer en el mercado por la siguiente década. De otra manera, los gigantes tecnológicos y/o las plataformas globales tendrán pocos competidores en una sociedad cada vez más compleja y acelerada. En donde los cambios no se hacen esperar y para la cuál es necesario prepararse.  

La formación continua debe enfocarse en las habilidades o competencias que se requieren como la creatividad, la colaboración, el trabajo en equipo o la solución de problemas. La tecnología en conjunto con el arte, están detonando entre los equipos de trabajo soluciones y mecanismos alternos y probados. No como nuevas soluciones, sino como respuestas antiguas a problemas nuevos. Ya que no es nuestra generación la pionera en trabajar desde estos ámbitos. No es agregar tecnología o sistematizar los procesos de formación continua y capacitación de manera artística, sino es agregar elementos rescatados desde lo artístico que enriquezcan las prácticas. Que incrementen la propuesta de valor, y es aquí en donde los procesos artísticos aportan muchísimo cuando se sabe incorporar en la práctica formativa. No solo en grados académicos, sino también en educación y capacitación para adultos. Estar dispuestos y disponibles para aprender es una cara de la moneda.

La otra cara de la moneda en la formación continua.

Está, en evaluar y/o replantear la oferta formativa que tenemos o qué opciones proporcionamos a nuestros colaboradores. Esto como organización, o si damos la libertad de elegir los cursos que ellos mismos consideren necesarios. Pero, más allá de quien o quienes eligen los cursos que se deben cursar, como están estos diseñados, ¿realmente estos ponen en el centro del aprendizaje a los aprendices?. Julie Dirksen, proporciona una excelente guía de apoyo en su libro “Design for how people learn”, o “Diseña para que las personas aprendan”. Esta guía nos lleva de la mano haciéndonos reflexionar sobre puntos específicos, entre ellos destacamos:

  • Tienes identificado que es lo que los aprendices necesitan aprender y cuál es la brecha?
  • Quien o quienes son realmente tus aprendices o alumnos, cuál es su nivel de competencia, que es lo que ellos esperan, o cuál es su estilo o estilos de aprendizaje?
  • Cuál es la meta. Define uno o varios objetivos y comunícalos, identifica el problema, y cuál es la ruta para iniciar el viaje del aprendizaje.
  • Toma en cuenta los tipos de memoria, la motivación de los aprendices, 
  • Ya identificaste como captar su atención?, 
  • Diseñar para el aprendizaje no es igual a diseñar para generar conocimiento, revisa qué es lo que se requiere. 
  • Diseña pensando en elevar el nivel de competencias 
  • Diseña con el objetivo de elevar la motivación para llegar a generar conocimiento y no solo aprendizaje.
  • Diseña considerando el ambiente en el que se lleva a cabo la tarea. 

Edifiquemos la naturaleza del aprendizaje.

En general, los estudiantes o aprendices jóvenes son aprendices innatos, curiosos por naturaleza. Sin embargo, cuando pasan los años vamos perdiendo esta habilidad y la suplimos por el interés específico en uno o varios temas que consideramos importantes. Esto no significa que nuestra habilidad de aprender disminuya. Solo baja en ocasiones nuestra propia motivación. Ahora, tenemos demostrado que debemos ser aprendices continuamente, que estamos obligados a movernos y estar dispuestos una y otra vez a aprender nuevas habilidades, desarrollar nuevos conocimientos y poner al servicio de cada comunidad los propios talentos (formación continua). 

Debemos trabajar con entornos complejos y a la vez personalizados para integrar en las organizaciones creatividad, innovación, soluciones disruptivas y pensamiento crítico que se traduzcan en sociedades sostenibles a largo y mediano plazo. Además, de contar con el talento que asuma la responsabilidad y tome el liderazgo de estos procesos. Arriesgando solo en la medida justa pero sin dejar de lado la forma de asegurar la continuidad del negocio. Siguiendo pautas profesionales y formando equipos de trabajo capaces de seguir una linea de trabajo en la que se incorporen todos los elementos que detonen soluciones creativas y factibles. Es momento de dejar viejas pautas o patrones formativos para apostar por distintos canales de detonar nuevas formas de colaborar. 

¡Queremos escucharte!

Escríbenos a: contacto@poliedrolab.com.mx

Para saber más.

  • Dirksen, Jukie. Design for how people learn. New Riders 2012. 
  • Fotografía base por ICMA Photos https://flic.kr/p/6ximBL Modificada en sus dimensiones para ajustarse a redes sociales.

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