“Las competencias no son aspiraciones, buenos deseos o metas a las que se pretende llegar, sino destrezas que se pueden observar, medir y demostrar”.
Para quienes hemos sido de alguna forma escépticos sobre las posibilidades que las herramientas digitales brindan en el momento de compartir conocimiento y construir aprendizajes propios y a la vez significativos, hemos visto cómo dichos dogmas se han ido modificando poco a poco. El modelo y los límites que han sido históricamente establecidos para la formación profesional han sido transformados, y a la vez desdibujados. Actualmente, las experiencias que apoyan la formación profesional van más allá de los límites tradicionales del aprendizaje formal y no formal. Llevándolo hacia distintos ámbitos y explorando un universo nuevo de posibilidades gracias a la tecnología digital.
La vigencia de los contenidos expuestos y los espacios que para ello utilizamos, las metodologías, y particularmente las herramientas con las que apoyamos los procesos de transferencia de conocimientos, la actualización y la formación profesional advierten hoy una profunda metamorfosis. Cuestionando desde los resultados obtenidos de forma directa hasta las habilidades o competencias que condicionan la adquisición de nuevos conocimientos.
El término de aprendizaje o formación a lo largo de la vida,
para la OCDE (2005) define todos los aspectos de la educación de los adultos así como las actividades formativas que estos llevan a cabo. Esta puede relacionarse con la consecución de un empleo, con la necesidad de adquirir competencias básicas o de reciclaje o puede responder a preocupaciones sociales y cívicas.
Para Villanueva y Casas (2010) “Las competencias no son aspiraciones, buenos deseos o metas a las que se pretende llegar, sino destrezas que se pueden observar, medir y demostrar”, además anota: “la competencia es realmente la capacidad de dar un giro a las acciones, emprender nuevas iniciativas, aprender de los acontecimientos y hacer un balance de una acción”.
“Darse cuenta que las tecnologías de información y comunicación en nuestros días han llegado para quedarse representa un reto enorme para promover aquellas indispensables en el ejercicio profesional”.
Para asegurar que las nuevas generaciones de profesionistas adquieran dichas competencias, es primordial integrar el concepto de competencias digitales, entre las que se encuentran las siguientes:
- hábiles digitalmente.
- diestros informacionalmente.
- generadores de nuevos contenidos.
- adaptables para el aprovechamiento de conocimientos, contexto y tecnología.
- capaces de desempeñarse en multicontextos, con herramientas multidisciplinares, aprovechando la diversidad existente de multilenguajes.
- capaces de desempeñar multitareas.
- innovadores, creativos y colaborativos.
- con capacidad de desaprender lo que no sirve y aprovechar lo nuevo.
Para ello, se propone el seguimiento de nuevas estrategias en la práctica de formación desarrollando la habilidad de resolver problemas de manera innovadora y flexible. En este nuevo contexto, los ciudadanos, estamos obligados a adquirir nuevas habilidades personales, sociales y profesionales que, aunque en gran medida siempre han sido necesarias, hoy resultan imprescindibles.
Ahora bien, hay otro tipo de competencias: las laborales.
La definición dada por la Iniciativa Europea para el Aprendizaje Continuo (IEAC) citada por Longworth, N (2005, p. 16) refiere lo siguiente: “El aprendizaje continuo es el desarrollo del potencial humano mediante un proceso de apoyo permanente que estimula y capacita a las personas para que adquieran todos los conocimientos, destrezas, valores y la comprensión que necesitarán a lo largo de su vida, y para que las apliquen con seguridad, creatividad y disfrute en todas sus funciones, circunstancias y entornos”.
“La ciencia y la tecnología han marcado cambios constantes dentro del desarrollo de las sociedades humanas, produciendo y actualizando información de manera exponencial que, además, se distribuye en el mundo a velocidades inusitadas”.
No se debe dejar de lado el sentido humano, el desarrollo de capacidades y habilidades que le permitan a cada individuo expresar, aportar y desarrollar ideas que le sean gratificantes en todos los sentidos, dando su justa medida e importancia a las herramientas tecnológicas que el mundo de hoy nos ofrece para trabajar y mejorar el nivel de vida.
Es importante enseñar, junto con los conocimientos, las estrategias que permitan a los individuos afrontar los riesgos, lo inesperado, lo incierto, y modificar su desarrollo en virtud de la información adquirida. Lo incierto, es parte hoy de lo social, lo científico y lo tecnológico. Es una constante con la cual debe vivirse; por eso, la mente de los alumnos debe prepararse para afrontar lo inesperado.
Las tecnologías digitales han alterado las limitaciones espaciales y temporales de la comunicación y el aprendizaje,
modificando la forma en la que se han construido tradicionalmente las relaciones entre las personas y llevándolas a dimensiones con alcances que superan el espacio físico y el tiempo. Conectan entre sí a individuos que comparten intereses en todo el mundo, sin importar su ubicación. Por esto, nuestra identidad se expande y disemina. La función de la tecnología en la sociedad de la información es hacer que esta sea asequible, es crear economías de significado y comunidades más amplias, más complejas y más diversificadas.
Cada organización deberá convertirse en una comunidad capaz de desarrollar las competencias laborales que mejoren la calidad de vida de sus colaboradores mediante el desarrollo de las competencias digitales (tecnológicas) que sin duda redituaron en resultados cada vez mejores. El aprendizaje digital o elearning, no solo deberá ser percibido como un valor per-sé, o como una “obligación” para con nuestros colaboradores. Sino, un modelo de aprendizaje digital diseñado a partir de las necesidades y los recursos de la organización que deberá, por sí mismo, desarrollar competencias digitales en nuestros colaboradores, mismas que les permitirán integrarse en una sociedad cada día más exigente y dinámica.
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