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La “herramienta” concebida para agilizar la comunicación y la investigación, hoy genera una nueva brecha para quienes no han tenido acceso al mundo digital, pero también ejerciendo un nuevo tipo de control,  mediante algoritmos e interfaces…

Los términos comprender y usar son muy distintos. Comprender hace alusión a dar sentido o tener una idea clara sobre algo en particular. En cambio, hablar de usar es servirse de una cosa con un fin u objetivo determinado. Pero, en este caso no importa si tenemos claro el sentido o una idea clara de todo lo que compone este objeto o servicio, solo obtenemos el beneficio que se promete. Ninguno, nos obliga a pensar en términos absolutos ni son excluyentes, y podemos perfectamente beneficiarnos de ambos sentidos para los fines que nos convengan. 

Democratización y control mediante la tecnología.

Vimos a inicios del 2000 como se democratizó el internet, aprendimos con velocidad los beneficios que esto traía en muchas áreas de nuestras vidas, viendo y viviendo una transformación en ocasiones sin darnos casi cuenta. Observamos ahora la otra cara de la moneda, la “herramienta” concebida para agilizar la comunicación y la investigación en ese momento, hoy genera una nueva brecha para quienes no han tenido acceso a este mundo.

Pero, también ejerciendo un nuevo tipo de control, que mediante algoritmos e interfaces nos introducen en escenarios que no habíamos visualizado en sus inicios y que hoy, mientras no podamos “comprender” como se construye los dispositivos, aplicaciones, plataformas o simplemente herramientas digitales, seremos incapaces de percibir y prevenir los problemas que con ello se están generando. Cada click que damos lleva detrás una serie de vínculos que facilitan el camino en la lectura de datos y patrones generando información valiosa y compartiéndola con los proveedores de los servicios digitales. Nuestra propia información queda expuesta totalmente y con consentimiento propio, tema abordado por el uruguayo Cristobal Cobo en el libro “Acepto las Condiciones”, 2019. 

Estudiar un posgrado en Tecnología Educativa, con el subtítulo “acentuación en modelos innovadores de aprendizaje”, no advierte sobre la velocidad que la palabra “innovadores” conlleva, mucho menos en tecnología y en una época en la que hacen falta tantos cambios radicales. Identificar que lo único que permanece en constante es la necesidad de aprendizaje de todos, todos los días y en todo momento nos lleva a comprender que la innovación debe de ser entendida desde distintas posturas, aristas, necesidades, y que el modelo que tengamos de aprendizaje deberá ser puesto a prueba para ser adaptado a cada uno de nosotros y somos a la vez nosotros mismos los responsables de diseñarlo, ponerlo en marcha y mantenerlo funcionando. 

¿En qué grupo de usuarios de tecnología estamos?

Para esto, un punto de partida es identificar en que grupo de usuarios de la tecnología nos encontramos, pero también precisar a que grupo pertenece nuestro equipo de trabajo. La adopción de la tecnología por las personas responde a una curva, trabajos realizados por Brancheau hacia 1987 confirman que las personas van adaptando las innovaciones de forma gradual en una linea de tiempo, hasta que llegado un punto alto, comienza a disminuir formando una curva en forma de campana. Los usuarios se clasifican en cinco grupos, dependiendo de que tan rápido deciden incorporar la tecnología en sus actividades.

Grupos de adopción de tecnología.

  • El primer grupo denominado Innovadores o también pioneros, suele ser un grupo pequeño, dispuestos a probar nuevos dispositivos aunque estos no parezcan tener un valor adicional. Es un grupo que requiere poco soporte e incluso se mueven rápido para aprender.
  • El segundo grupo es el de los primeros seguidores o innovadores tempranos, ellos observan a los pioneros pero son capaces de identificar un valor importante al incorporar dicha innovación o tecnología en sus actividades, y es por ello que en este grupo de identifica “el abismo”, ya que una vez podemos “convencer” a este grupo de usar la tecnología y pasar el punto de quiebre, es sencillo que el tercer grupo llamado mayoría temprana o mayoría precoz se sume, pero es un grupo de crecimiento rápido.
  • Los últimos dos grupos, mayoría tardía y rezagados obligan a aumentar la capacidad de soporte, en este momento se ven casi “obligados” a adoptar algo que no estaba entre sus prioridades pero que no tienen más remedio que hacerlo, los rezagados son prácticamente forzados a hacerlo, ya que no hay otra opción.

Comprender esta curva nos brinda un punto de referencia para incorporar en nuestras actividades tanto laborales como personales la tecnología, no importa en cual estemos pensando, y nos proporciona como ventaja adicional revisar el trabajo realizado por los grupos que nos anteceden en su uso, esto para evaluar detalladamente sus beneficios y sus desventajas. 

Competencias digitales por cada etapa de adopción.

En cada etapa debemos estar dispuestos a desarrollar las competencias digitales para aprovechar su potencial y a la vez identificar los posibles riesgos de su uso, comprendiendo de donde viene cada botón y hacia donde nos lleva cada clic que damos, no solo usando y aceptando todo lo que se nos ofrece. El sistema de alerta que desarrollemos a partir de saber en donde estamos en la curva deberá corresponder a la etapa en la que nos encontremos, si eres un pionero o innovador, deberás activar tu sistema casi de alerta; suele ser el grupo de innovadores tempranos quienes cuentan con un sistema propio de cuestionamiento, hasta encontrar el beneficio o identificar el valor significativo que dicha tecnología ofrece, pero no siempre están preparados para percibir los posibles riesgos que se presentan. 

Desarrollar una especie de semáforo, capaz de prevenirnos sobre los peligros que pudiera tener el uso de cualquier innovación tecnológica solo será probable cuando comprendamos como es que se construye cada desarrollo que usemos; comprendiendo que la propia seguridad es primordial y que dar pasos en falso nos pone en peligro. Es importante cuestionarnos y cuestionar cada click que damos y cada aplicación o plataforma que usamos y que proponemos en nuestros contextos personales y profesionales, detenéndonos a pensar y replantear aquello que aceptamos con ojos cerrados al dar click en el acepto de todo lo que pasa por la red, evaluando las posibles consecuencias, y sobre todo otorgando permisos sin medida sobre nuestra información. 

Consultas:

Acepto las condiciones. Cristobal Cobo, 2019. Recuperado de: 

https://www.aceptolascondiciones.com/

Tecnología Educativa y Redes de Aprendizaje de colaboración. Burgos Aguilar José V. Lozano Rodríguez Armando. 2010. 

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